Dos pasiones: residuoteca y energía nuclear

10 abril 2017

Guadalupe Boado cursa la Lic. en Gestión Ambiental bajo la modalidad a distancia en la UBP. Desde hace seis años trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica en Capital Federal. Allí se desempeña en el área de Proyectos de Cooperación Técnica en los usos pacíficos de la energía nuclear. En su vida personal, trabaja de manera constante con la problemática de los residuos, siendo un verdadero ejemplo a seguir.
 

 
Luego de seguir estudios en Biología se insertó en el ámbito profesional. Con el correr de los años su trabajo despertó aún más el interés por las problemáticas ambientales y cuestiones ecológicas, por lo que decidió continuar sus estudios universitarios. “Fue difícil encontrar una carrera relacionada y que pudiera combinar con mis tareas profesionales y mi rol de madre. Así fue como me decidí a emprender la aventura de una carrera a distancia”, cuenta Guadalupe.
 
Comisión Nacional de Energía Atómica
Ella trabaja en el área de Organismos internacionales, específicamente en la gestión de proyectos de cooperación técnica auspiciados por el Organismo Internacional de Energía Atómica. “Somos la oficina de enlace con el organismo. La CNEA es una empresa muy interesante y sus amplias actividades y capacidades son por lo general desconocidas. Es el clúster científico-tecnólogico más importante del país. Es una pena que la energía nuclear esté más relacionada a lo negativo que a sus infinitos beneficios y aportes que ha hecho y hace a la ciencia y a la tecnología en general”.
“Por lo general, se la relaciona con los reactores de potencia y sin embargo tiene muchas aplicaciones, como en medicina o técnicas que permiten llevar a cabo evaluaciones medio ambientales de suelo agua y aire, entre tantas otras cosas”. Guadalupe además es Técnica en protección radiológica y trata los efectos de las radiaciones ionizantes. “La idea es avanzar con la carrera para empezar a hacer aplicaciones más concretas en mi trabajo. Tal vez a un nivel más de gestión y políticas institucionales que en áreas técnicas”.
 
La residuoteca
Los residuos y la energía nuclear son sus dos grandes pasiones y encontró la manera de poder hacer de esto, un estilo de vida. “Vivo en el Delta, un lugar maravilloso que está siendo devastado por el turismo y la mala gestión. Hace 11 años que vivo allí y hace 10 que llevo a cabo un experimento que es el de no tirar basura”. El proyecto se ha vuelto grande a través de una obra que consta de la clasificación de todos los residuos producidos por Guadalupe y su hija durante los últimos 10 años, en 41 cajas acrílicas de diferentes tamaños. Actualmente dicha obra está circulando por distintos lugares y la idea es institucionalizar el proyecto a una escala comunitaria “El experimento genera mucho impacto y la gente se va a su casa con un nuevo registro sobre los residuos”.
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Un opción al descarte
“La residuoteca es la evidencia de un proceso de reflexión sobre el estilo de vida que hemos construido en la inmersión de un sistema capitalista. Es la síntesis de un compromiso. El 2005 fue un año pívot en mi vida, no pude sostener más las consecuencias de mi consumo. Mi hija, para ese entonces tenía 8 años y me sentía impotente ante el mundo que le estaba dejando. En ese momento, decidí experimentar un comportamiento diferente al comúnmente establecido; no por simple rebeldía, sino en el afán de cuestionar mis propios automatismos. El gesto de tirar, soltar, de deshacernos de los objetos, como si a partir de ese momento ese objeto desapareciera, me cargaba de angustia. Yo sabía que ese objeto no desaparecería, se tornaría en tierra degradada, alimento que no alimenta, sustancias toxicas en el aire, desidia, caos, miseria en la riqueza”.
 
Impacto a largo plazo
“La residuoteca, es un signo de interrogación. No es una respuesta, es la pregunta que nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones, sus manifestaciones y repercusiones. Si bien es inminente la necesidad de reciclar los objetos ya generados, el reciclado fomenta la industria, o sea el consumo, y no siempre los métodos y tecnologías son ecológicos, por lo que no resulta ser la mejor opción, ya que se perpetúan hábitos que no son saludables. Por esto yo insisto que hay que trabajar en la reducción de residuos”.
 
Pacto global
Esta iniciativa se enmarca dentro del compromiso asumido por la UBP frente a los Principios para la Gestión de Educación Responsable, la iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas sobre responsabilidad social con más de 10.000 participantes en 135 países.
 
10/04/2017

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