Estudiar de a dos: “las debilidades de uno son las fortalezas del otro”

3 marzo 2015

Diego y Romina en la Colación de GradosDiego Calveiro y Romina Treitl son pareja y viven en San Antonio de Padua, en el partido de Merlo, provincia de Buenos Aires. En el 2014 ambos se recibieron de Martillero y Corredor Público, estudiando a distancia en la Universidad Blas Pascal. ¿Cómo? A través del Centro de Educación a Distancia de Luján, perteneciente a Comunidad Digital. Él era navegante. Ella, docente. Juntos se embarcaron en este desafío, acompañándose en el estudio, para luego crear: una inmobiliaria propia, que hoy está en vías de desarrollo. Diego es además instructor de tiro, actividad que practica como hobbie principal. Junto a Romina y sus dos hijos disfrutan de andar en lancha, viajar y salir de paseo.

 

Buscar el cambio
Diego es Jefe de Máquinas en un Buque y, cuando no se encuentra navegando, trabaja en la Inmobiliaria “Lis Calveiro”. Romina es maestra jardinera pero actualmente es ama de casa y se dedica a la crianza de sus dos hijos, Luca y Pilar. Ambos querían emprender un proyecto para poder compartir más tiempo en familia. Diego quería ser Martillero y convenció a Romina para que estudiaralo mismo con él. “Lo hice para apoyarlo. Él que quería estudiar para dejar de trabajar en la navegación y así compartir más momentos juntos. En lo personal creo que me ayudó mucho para salir un poco de mi casa. Por eso, considero que fue un doble beneficio. Conocí muy buenas personas y muchos profesores”, dijo Romina. “Ella se sumó a mi iniciativa con la intención de que pudiéramos trabajar en algún negocio propio. Hoy podemos decir que estamos más cerca del objetivo”, afirmó Diego.

 

Romina

 

Formar equipo
Ambos describen como “excelente” la experiencia de haber estudiado en conjunto. “Teníamos que organizarnos con los horarios, generalmente nos sentábamos a estudiar a la noche cuando los chicos dormían. Compartíamos dudas y nos consultábamos con frecuencia”, comentó Diego. Para Romina fue difícil retomar el estudio luego de 20 años y resaltó: “éramos un buen complemento ya que a mi esposo le gustan los números y podía explicarme las materias exactas. A mí siempre me interesaron más las ciencias sociales. Así que, yo era quien lo ayudaba a él. Creo que las debilidades de uno eran las fortalezas del otro y por eso pudimos acompañarnos en este desafío”.

 

“Organizarse con el trabajo fue la parte más complicada porque se necesitaba voluntad para enfrentar los libros después de una jornada laboral. Imprimíamos los cuadernillos de ayuda y descargábamos los libros en PDF para poder estudiar. Cuando estaba en el barco, intentaba estudiar con todo el material de estudio que llevaba”, contó Diego. En cambio para ella el desafío era distinto. Relató que se le complicaba la organización de los exámenes porque con frecuencia él estaba trabajando. “A veces no nos coincidían las fechas. Por eso, viajábamos a rendir a otros CED. Fuimos a Capital Federal, Campana y Córdoba. Teníamos que ir a dónde le coincidieran las fechas”, éxplicó.

 

La experiencia de estudiar a distancia
“Nos sorprendió mucho la metodología de estudiar a distancia. Tuvimos asesoramiento constante a través de tutorías, llamadas y mails. Podíamos estar en contacto con la UBP cuando necesitábamos. Sin dudas, eso fue muy positivo. Lo difícil fue preparar las materias mientras se cumplían con el resto de las obligaciones”, expresó la Martillera Treitl. Para Diego la experiencia fue similar: “el estudio a distancia me permitió concretar lo que no podía realizar por falta de tiempo. Al estar varios meses fuera de casa, era imposible cursar con normalidad ya que perdía la regularidad y debía empezar nuevamente.” Diego encontró en la UBP el traje a medida para compatibilizar la navegación con la carrera. “Fue tan gratificante volver a estudiar con 35 años que al recibirme decidí inscribirme en la carrera de Abogacía.” Hoy es alumno de esa carrera.

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