01/06/2015 “De Ushuaia a La Quiaca: el emprendedorismo también es federal”

1 junio 2015

La Nación. Nota sobre el emprededorismo en la Argentina. Mención a doingLabs, la incubadora de startups de la Universidad Blas Pascal.

 

Link: De Ushuaia a La Quiaca: el emprendedorismo también es federal

 

Los ecosistemas se fortalecen en las provincias, aunque todavía falta que se activen los mecanismos de capital.

 

No es una disputa de unitarios y federales, de salvajes o civilizados. Es, en términos de aquella época, un avance hacia el progreso. Sólo que ahora no hay bandos: es conjunto. Si bien el país sigue siendo en muchos sentidos “Buenos Aires céntrico”, en lo que a emprendedores se refiere, las provincias consolidan cada vez más la autonomía de sus ecosistemas. Córdoba, Mendoza, Santa Fe y otras provincias, se convirtieron en nuevos puertos para la exportación de ideas autóctonas.

 

La difusión del emprendedorismo tomó fuerza hace algunos años, con modelos que llegaron de afuera y originaron casos de éxito en el país. Eso, sumado a los menores obstáculos y un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones, motivó el diseño de planes concretos por parte de universidades, empresas y gobiernos. No había motivos para que no surgiera un fenómeno federal.

 

Los espacios de incubación, capacitación, coworking, competencias y redes, se expanden por el país. El desafío, enfocado sobre todo en el desarrollo de tecnología, llevará tiempo, pero ya tiene exponentes: en Jujuy se creó la firma de big data Nubimetrix y mantiene allí su base de desarrollo; Eventioz nació en Mendoza, como la compañía de software Belatrix, que tiene oficinas allí, en Perú y los Estados Unidos; Aivo, que brinda soluciones digitales de atención al cliente, es cordobesa.

 

La Fundación Endeavor abrió distintas sedes para alentar proyectos de alto impacto: Rosario, Salta, Córdoba y, este año, Mendoza y Neuquén. En los distintos puntos, destaca Nicolás del Pino, responsable de proyectos regionales, tiene el rol de inspirar, además de buscar empresas y actuar como un nexo con la red. Neuquén, el último espacio inaugurado, da cuenta de “la explosión de oportunidades relacionadas con la energía”, también en emprendedorismo, dice Del Pino.

 

Hasta allí llegó también Naves, el concurso del IAE Business School. “Este año incluimos cuatro plazas a las que teníamos, y en tres años la idea es que cada provincia tenga su competencia”, proyecta Juan Martín Rodríguez, director ejecutivo de Naves. Misiones, La Pampa, Salta… el talento puede estar en cualquier rincón. “El impacto va más allá de la competencia, porque muchas veces es la apertura del ecosistema, como pasó en La Pampa. Allí se juntaron las intenciones con el financiamiento, y creamos las bases con el estado y los mentores”, dice Rodríguez.

 

Córdoba es una de las plataformas más sólidas. Las universidades tienen un rol clave: la Universidad Nacional de Córdoba tiene la propia incubadora y la casa de estudios Blas Pascal cuenta con el espacio DoingLabs para start ups. En esa capital también se creó la company builder tecnológica, Incutex, que esta semana desembarcó en Buenos Aires.

 

Se trata de uno de los ecosistemas más completos del interior. Incluye hasta un espacio de coworking específico para el campo, creado por los emprendedores de Agropoints, un sitio de e-commerce del sector. “El ecosistema creció mucho en los últimos dos años”, cuenta Patricio Bacigalupo, fundador de la empresa. En su lugar de origen se nutrieron de lo necesario para crecer: “capacitaciones, visión de negocio, contactos y difusión entre posibles inversores”, enumera Bacigalupo.

 

Según un relevamiento de la secretaría Pyme de la provincia, casi 50 instituciones componen la red de contención. Enablis, parte de esa trama, potencia a emprendedores locales. Uno de ellos, por ejemplo, cuenta con un mentor en Canadá.

 

Santa Fe es otra de las plazas fuertes. Sancor Seguros contruyó un laboratorio en Sunchales, el Centro de Innovación Tecnológico, Empresarial y Social (Cites), donde se trabaja en emprendimientos ambiciosos, como nanodetección (por ejemplo, para detectar contaminantes en la leche) y biopesticidas.

 

David Asteggiano, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia, destaca la influencia de los polos tecnológicos en distintas localidades del territorio. En Rosario, por caso, subraya el aliento a la innovación en la “zona i”, cuyo fin se resume en el lema fundacional: “Hagamos que suceda”. Un buen exponente de la ciudad santafecina, anterior a este espacio, es Njambre, cuna de proyectos de impacto social.

 

Otro eslabón de la cadena es el capital que cuenta con un novedoso ejemplo: Primary Ventures, un fondo de VC corporativo del Rofex que invierte en nuevas firmas tech que complementen sus negocios.

 

A nivel municipal, dos nuevas incubadoras, LaPlataHub, en esa ciudad, y Wow Ideas, en Mar del Plata, son más réplicas de la onda expansiva. Sebastián Nader encabeza el programa nacional Incubar, que fondea proyectos e incubadoras. “Salvo Buenos Aires y Córdoba, las provincias están muy lejos de tener clubes de inversores ángeles. Por ahora, el desarrollo sólo es posible con apoyo del estado”, analiza. Un ejemplo es la incubadora que inauguró en Santiago Del Estero. Por algo se empieza.