03/05/2015 “Planificar, luego proyectar”

3 mayo 2015

Revista CBArq. Entrevista al Arq. Alejandro Soneira, docente de la Universidad Blas Pascal.

 

Link: Planificar, luego proyectar

 

Alejandro Soneira, docente de la Universidad Blas Pascal.

 

Las inundaciones en Sierras Chicas convocan a la reflexión sobre normativas y legislaciones vigentes en la ciudad y en la provincia. El arquitecto Alejandro Soneira comparte su visión sobre lo sucedido y opina sobre qué medidas se deberían tomar para evitar futuras tragedias.

 

Alejandro Soneira- Arquitecto

 

Durante los últimos meses, Córdoba sufrió las consecuencias de dos desastres que, si bien tienen orígenes diferentes, invitan a reflexionar sobre diversos temas en común: la planificación urbana, las normativas vigentes en el ámbito de la construcción y en el de las industrias; el cuidado del medio ambiente y la prevención de accidentes, entre otros. Córdoba Arquitectura conversó con el arquitecto Alejandro Soneira, docente de la FAUD y de la Universidad Blas Pascal y socio del estudio BSB (Barella-Soneira-Barella), quien realizó un análisis sobre lo sucedido en Sierras Chicas.

 

¿Qué análisis puede hacer de lo sucedido recientemente en Sierras Chicas?

 

Además del hecho extraordinario de que hayan caído 300 mm en pocas horas, se dio la coincidencia de varios factores. En primer lugar, la deforestación del monte natural que tienen las serranías; es sabido que la tierra forestada tiene más poder de absorción en cuanto a lluvias. Además, las intervenciones de desarrollos urbanos de los últimos años en la zona han hecho que los suelos se hayan vuelto más impermeables frente a estas condiciones climáticas. Se construyó sobre lugares donde está prohibido sin tener en cuenta la Ley de Hidráulica de la Provincia, que dice que desde todo eje de curso hidráulico debe haber un mínimo de retiro de por lo menos 20 metros hacia el costado. Desde hace años, y cada vez más, se viola esa normativa con lo cual hace que todos los desarrollos avancen sobre el lecho del río, ignorando su potencial ante una crecida.

 

En gran medida, el Gran Córdoba se ha expandido hacia las Sierras Chicas. El departamento Colón ha triplicado su población en los últimos años y eso genera un gran impacto en el suelo, en desarrollos urbanos, también en el consumo de las aguas. Por otro lado, el desecho de todos los líquidos que deberían tener un tratamiento particularizado y no caer en los pozos.

 

¿Cuáles son las medidas que se pueden tomar a corto y largo plazo?

 

Esto se puede volver a repetir o producirse en forma más grave. Hay que hacer limpieza de los cursos de agua, armar espacios verdes en estas zonas inundables y no ocuparlos con desarrollos inmobiliarios, frenar los desarrollos en zonas de terrenos inundables y que los nuevos tengan ordenanzas particularizadas, propias de la zona que contemplen el clima toda una serie de cuestiones propias del lugar. También, reforestar el monte nativo con plantas autóctonas. En vez de avanzar con la ocupación, buscaría áreas seguras para el desarrollo. No hay que negar el crecimiento, pero hay que pensar cómo será, tiene que ser respetuoso con el paisaje, con la naturaleza.

 

¿Esta situación se podría haber evitado?

 

Hay un hecho que es inevitable y es la cantidad excesiva de agua que cayó en poco tiempo. De todos modos, hay ciertas medidas que podrían haber aminorado los daños. Los municipios, en general, copian el código de edificación de laciudad de Córdoba o las ordenanzas y no las hacen particularizadas de acuerdo a la región y a las problemáticas de cada una. Podríamos tener soluciones, por ejemplo, obligar a que cada vivienda nueva que tenga un reservorio de agua de lluvia para ser usado para riego, para descarga de inodoros, o lavado de cocina, aguas grises. Eso disminuiría este problema paralelo que es la falta de agua en Sierras Chicas.

 

Habría que hacer lagunas de retardo, reservas de agua para que no se desechen. En vez de tener cubiertas para liberar las aguas de lluvia a las calles poder tener cubiertas verdes.

 

Parece ser que los municipios están en un modo autista, sin ver que esta problemática es mucho más amplia.

 

Por esos días, se hablaba de que el río Suquía se desbordaría. ¿Eso es posible en la ciudad?

 

Sí. En esos días las dos válvulas que tiene el San Roque estaban abiertas al 100 por ciento, evacuando muchos litros por segundo al máximo posible. Si hubiera habido una lluvia entre el paredón del dique y el ingreso a Dumesnil de 100 mm el río se hubiera desmadrado, porque estaba al límite de su capacidad de contención.

 

¿De qué manera pueden los diferentes actores vinculados al desarrollo urbanístico trabajar para evitar futuros incidentes?

 

Hace falta planificar. La planificación es clave, creo que no es un problema que se pueda resolver de un día para el otro ni de una gestión para otra, sino que requiere de un acuerdo más global, donde los gobiernos tendrían que tener una política más consultiva, aprovechar esas fábricas de pensamiento que son las universidades, que podrían ser lugares de consultas para muchos temas.

 

“No hay que negar el crecimiento urbano pero hay que pensarlo, tiene que se respetuoso con el paisaje”