07/09/2014 “La decana del Poder Judicial, con las ganas del primer día”

8 septiembre 2014

La Voz del Interior. Nota a Graciela Bordoy, docente de la carrera de Abogacia de la UBP.

 

Graciela Bordoy de Pizzicari tiene más de 55 años en la Justicia y es feliz como vocal de la Cámara 11ª del Crimen.

 

55 años en la Justicia. Bordoy de Pizzicari transitó toda la escala del Poder Judicial y hoy es camarista.

 

“¿Hasta cuándo pienso seguir? No tengo respuesta para eso, pero mientras todos los días me levante con ganas de venir, voy a seguir”, sostiene Graciela Bordoy de Pizzicari, vocal de la Cámara 11ª del Crimen que ostenta el título honorario de ser la decana del Poder Judicial cordobés, ya que hace más de 55 años que ingresó a Tribunales.

 

Hace mucho tiempo que tiene ese privilegio, inclusive antes del retiro de la vocal del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) María Esther Caffure de Battistelli. “Vengo de una época en que acá había mística y esa mística es vocación de servicio que, en mi caso, sigue presente”, sostiene Bordoy para fundamentar, no un fallo sino sus motivaciones para seguir haciendo lo que la hace feliz.

 

Ha transitado por toda la escala de cargos de la carrera judicial, (“desde abajo”) desde finales de los ’50 cuando entró apenas terminó el secundario. En aquellos años no era bien visto que las mujeres integraran el fuero Penal y hasta hubo quien las hizo salir, aunque ella logró sostenerse.

 

Lo curioso de su carrera es que en sus primeros años la hizo junto con otra de sus vocaciones, el periodismo. Fue integrante del equipo periodístico de Canal 10, donde transitaban figuras como Sergio Villarroel, por citar sólo algunos. Esos trabajos paralelos se mantuvieron mientras era madre de cinco hijos (dos de ellos son abogados) hasta que debió optar, dejar los SRT para terminar la carrera de abogada. Pasó por casi todos los cargos: escribiente, jefe de despacho, secretaria, fiscal, juez de Instrucción, juez de Control y camarista.

 

El fuero Penal ha cambiado mucho en estos años, según recuerda. “El panorama delictivo se ha modificado por la explosión demográfica y una serie de situaciones. Además, ahora la gente denuncia mucho más; antes había muchas situaciones que quedaban en el ámbito de la familia”. Cuando empezó, había cinco cámaras, cinco fiscalías y cinco juzgados de instrucción.

 

Sobre esa evolución del mundo judicial, sostiene: “Por supuesto que hay cosas para mejorar, pero soy una convencida de que el cordobés es el mejor Poder Judicial del país y no sólo porque lo diga yo, sino porque también muchos abogados que litigan en otros fueros también lo dicen”.

 

En la Cámara dice haber visto cosas muy fuertes. De su función, dice que es importante tener empatía con el acusado y también con la víctima, respetando los derechos de ambos. Señala que en Córdoba se da respuesta a las víctimas a través de organismos como la Oficina de la Mujer, de Derechos Humanos y una serie de estamentos, incluso dentro del TSJ.

 

También profesora de Derecho Penal en la Universidad Blas Pascal, fue protagonista de casos resonantes que escriben la historia judicial reciente. Actuó en el desafuero de Luis Medina Allende, investigaciones de mesas de dinero del Banco Francés, la denuncia contra la Lyonaise des Eaux, la primera denuncia del Registro de la Propiedad, el caso Ludmila, los primeros juicios por jurados y las primeras condenas en juicios por drogas, por saqueos y a un arquitecto, por su responsabilidad profesional en dos homicidios culposos.

 

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