24/02/2015 “Prepararse para sobrevivir a un mundo hiperdocumentado”

24 febrero 2015

Diario El Cronista. Columna del Ing. Waldo Geremía, Director de la carrera Ingeniería Informática de la UBP.

 

Link: Prepararse para sobrevivir a un mundo hiperdocumentado

 

 

GoPro, selfies, drones, celulares, cámaras urbanas, fotos satelitales y realidad aumentada. Múltiples son las tecnologías que ofrecen opciones para inundar servidores de imágenes con el afán de registrar el mundo. Por eso, vale la pena recorrer las características de cada una.

 

Las GoPro cobraron protagonismo a partir de casos en los que se registraron hechos impactantes, emotivos o violentos, que generaron videos que se viralizaron rápidamente en la red. La versión HERO 3+ ofrece grabación a razón de 30 cuadros por segundo, bajo peso (73 gramos), carcasa sumergible hasta 60 metros, nuevo chip wifi de alta velocidad para vincularse a smartphones y 2 horas de grabación.

 

Por otro lado, pican en punta los drones, dispositivos que en varios modelos vuelan portando una cámara de alta definición para extender la visión. Generalmente son pequeños y con importante autonomía de vuelo. Entre todos los modelos, se destacan el Zanos y el Nixxie, que se lleva en la muñeca (como si fuera un reloj). Al ser liberado vuela, registra imágenes y regresa al usuario.

 

Los celulares ya son un clásico de la fotografía. Las nuevas versiones incluyen pantallas más grandes, cámaras con altísimas resoluciones y accesorios que mejoran la captura y procesamiento de imágenes. Esto llevó a un nuevo fenómeno: no encuentra su límite el furor por los autorretratos compartidos en las redes móviles y sociales. Acompañadas de aplicaciones que aseguran tomas divertidas destacando aspectos físicos que se desean resaltar o esconder, las selfies son la moda del momento. Resultan atractivas por el grado de control que quien toma la foto posee sobre el resultado, permiten mostrar momentos especiales de la vida instantáneamente, acompañadas de frases o texto complementario que expresan un mensaje a la humanidad o parte de ella.

 

Cada ‘selfer’ las utiliza con diferentes objetivos y son cada día más numerosos los concursos de selfies, como el del Banco Central Europeo, que celebró el lanzamiento de nuevos billetes, o el concurso Nivea, cuyo slogan reza ‘Más selfies, menos arrugas’.

 

Cámaras urbanas

 

La inseguridad provocó otra tendencia: las cámaras de vigilancia. En la vía pública, en centros comerciales y hasta en las propias viviendas, negocios o comercios. Son dispositivos autónomos que capturan, almacenan y difunden imágenes, vídeo y audio a través de las redes, que permite ver en tiempo real lo que ocurre en cada lugar. En esta línea también se encuentran las fotos satelitales, como las que presenta Street View, que permiten visualizar calles del mundo acortando distancias.

 

Y como si todo esto fuera poco, ganan terreno las aplicaciones de realidad aumentada, que, a través de códigos QR, logran aportar información desde la red a las imágenes disponibles. Una foto de un certificado de grado de una universidad contiene un código QR que puede ser leído con un smartphone para obtener toda la información concerniente al cursado, otorgándole una garantía adicional al propietario del certificado.

 

De la misma manera, una publicidad simple en un catálogo de papel o digital puede incluir un código QR que permita al potencial comprador acceder a características, costos y disponibilidad de los productos. Incluso, en la Universidad Blas Pascal ya se está trabajando en una aplicación de realidad aumentada que permite, a través del reconocimiento facial, reemplazar los dientes del paciente por otros hechos con modelado 3D.

 

Vivir en un pañuelo

 

¿Qué pasará con todas esas imágenes que, segundo a segundo, engordan la red? ¿Hay posibilidad física de almacenar semejante cantidad de terabytes? ¿Qué otros usos pueden tener en el futuro esas imágenes y videos?

 

Tal vez algunas respuestas todavía deban elaborarse, pero es seguro que se está construyendo el archivo histórico de la humanidad y del planeta más grande de la historia. Habrá que catalogarlo, ordenarlo, relacionarlo y, para eso, los buscadores agregan funcionalidad a cada momento.

 

Los dispositivos y aplicaciones seguirán evolucionando y quizás pronto tengamos en nuestro smartphone la capacidad de relacionar imágenes de manera cronológica para determinar posibles daños en la estructura de las viviendas o detectar sismos o alteraciones en las construcciones y anticipar catástrofes o accidentes.

 

¿Por qué no utilizar selfies como secuencias de fotos periódicas para medir sistemáticamente el deterioro de las personas, el funcionamiento del cuerpo a través de escaneos de rayos x, imágenes infrarrojas o alguna técnica aun desconocida? En alguna medida ya está ocurriendo y hay suficientes trabajos de investigación y desarrollos en marcha que, aunque prototípicos, pronto serán productos reales y disponibles. La pasión por capturar momentos o situaciones de la sociedad actual no parece decaer, por lo que habrá que prepararse para sobrevivir a un mundo hiperdocumentado.

 

Por Waldo Geremía, director de la carrera en Ingeniería Informática, Universidad Blas Pascal.